domingo, 12 de septiembre de 2010

Sabor a café..........


Había regresado por fín, no sin ganas de olvidar todo y comenzar de nuevo. Volví donde había empezado todo, volví a casa.
Llevaba tres años fuera, fuera de mi casa y fuera de mi, de mi vida, la que perdí el día que hice aquella maleta en busca de un sueño, que finalmente se convirtió en pesadilla.
Paseando de nuevo por aquellas aceras que parecían saber todo de mí, recordé como años atrás mi mano no se encontraba en el bolsillo sinó entrelazada con otra. Al mirar de nuevo aquellas baldosas vino a mi mente el ritmo de aquellos pasos, parecía que podía ver sus huellas impresas todavía.
Así pasé los dos primeros meses, planteándome si realmete fué una buena idea dejarlo todo y de repente cogí fuerzas y giré hacia atrás las manecillas del reloj.
Hacía frío y a través de aquellos cristales humedecidos apenas podía ver si quizás la suerte estaba de mi lado o no. Cambié de acera acelerando mis pasos al ritmo de los latidos de mi corazón que parecía querer llegar hasta aquella puerta antes que yo. Nada mas cruzarla me invadió el aroma a café que tanto anhelaba. Me senté al fondo. No aparté la vista de aquella puerta y cuando oscureció me resistí a abandonar mi guardia. Pero el no llegó.
Al día siguiente sin ningún plan alternativo en mi cabeza repetí la jugada. Pero el no llegó.
Dos semanas después no era necesario pedir mi café, apareció cada día en la misma mesa y a la misma hora. Pero el no llegó.
Una tarde me quedé dormida tendida sobre el sofá, la noche llegó inundada del parpadeo constante de la televisión.

Se abrió la puerta y un aire frío se coló sin permiso dentro del local haciendo sonar una pequeña campana colgada del techo, alzó la vista y la vió balancearse como otras tantas veces, se dirigió al fondo, con miedo, deshaciéndose de su abrigo lentamente, preguntándose que hacía allí nuevamente, que se suponia que iva a encontrar........
Al acercarse a la mesa del fondo su cuerpo recobró el calor que necesitaba nada mas observar aquella mesa, aquella taza de café solitaria. Sin pensar se sentó de nuevo sobre aquel sofá de terciopelo rojo y respiró el humo que desprendía aquel café como si fuera el mejor perfume jamás inventado. Miles de imágenes volvieron a su cabeza, de pronto parecía que de nuevo unas manos suaves rodeaban aquella taza como hacía años. Café solo con nata espolvoreada de chocolate...........

Me desperté con el sonido de aquel carrillón, me sorprendió una visita a quella hora de la noche, salté del sofá confundida y enfundada en mi manta, tras la puerta un olor a café me confundió mas todavía.
Abrí la puerta y allí estaba sosteniendo un café, mi café.
-" He traído otro para tí, el tuyo lo encontré sobre nuestra mesa hace un momento, no sabía que habías vuelto....."
Con lagrimas en los ojos acerté a pronunciar solamente: "Te he estado esperando"

Le besé, le besé como si de eso dependiera mi vida, como si fuera a devorarle, oprimeindole el pecho y buscando el calor de su cuerpo. Era como un recuerdo cercano, de repente los años pasados desaparecieron por completo, todo era igual. El mismo aroma en el mismo lugar, mis libros en la estanteria, la alfombra arrugada y de nuevo nuestra ropa sobre ella. Quisimos devolvernos el tiempo que nos habiamos robado a nosotros mismos y sin más hicimos el amor allí mismo, frente a la puerta de mi apartamento.
Recordé la letra de mil canciones, cada una parecía compuesta para cada movimiento que sus manos me dedicaban, aquellas caricias tan lejanas de nuevo se posaban sobre mi, abriendo mis poros como si quisera tragarle, le necesitaba en mi de nuevo y allí lo tenía después de todo había esperado.
No hicieron falta palabras, nos miramos en silencio, sin preguntas.........tampoco habia respuestas. Nos dedicamos el uno al otro deslizando nuestros dedos sobre la piel, besando cada rincón, erizando el bello, humedeciendo los labios y con cada beso me devolvía un segundo del pasado.
Su cuerpo, totalmente desnudo no había cambiado un ápice, aquel torso seguia igual de fuerte y su piel igual de brillante, dorada y suave, me acerqué a sus pezones y los acaricié con las yemas de mis dedos mientras el se entretenia entre mis piernas, clavando sus caderas contra mí. Sentía aquel calor recorer mi cuerpo de nuevo y me iva a volver loca, sabía que no podría resistirme, me moría de ganas por tenerlo así jugando con mi cuerpo, deslizándome sobre la alfombra a cada empujón, y por fín llegó, estallé de placer, grité como una loca sin contenerme, me agarré a su espalda, clavé mis uñas y por fín volví junto a él.
Quedé rendida en el suelo y le miré, a la vez que sonreía una lagrima rozaba mis mejillas confundiendo mis sentimientos, una mezcla de tristeza y alegría recibian aquellas palabras: "Ya no llores más, estoy aquí contigo"
Me besó con todas sus fuerzas y susurro de nuevo......."Sigues teniendo sabor a café y chocolate........"

0 comentarios:

Publicar un comentario