martes, 13 de abril de 2010

El sabor de otra mujer

Sonaba la música, atronadora atravesaba mis oidos. Las luces me confundían y un monton de colores cruzaban mi retina. Había perdido uno de mis pendientes, destrozado la tapa de uno de mis tacones y apenas quedaba rastro ya de mi carmín, desgastado por unos labios que encontré en aquel local plagado de montones de chicos con unas cuantas copas de más...al igual que mi amiga y yo.
Entre beso y beso de aquel desconocido pude encontrar la mirada de mi amiga, que sonreía ante la escena, parecía que todo aquello le divertía. Separé mis labios de aquel chico y le devolví la sonrisa, pude ver como ella bailaba consigo misma, como al rozar sus manos contra su cintura el vestido se subia sobre sus muslos sin apartar su mirada de mí. Aquel desconocido no se dió cuenta de nada, solo se debatía entre la decision de atacar de nuevo mi boca o lanzarse sobre mi cuello, mientras yo, sin saber porqué no pude apartar la mirada de ella. Vi como se movia al ritmo de la música y como un monton de ojos deseosos la comían con la mirada. Siempre había sido la guapa del grupo, la que se traía a todos de calle, la que con un simple chasquido tenía a quien quisiera a sus pies, con esa larga melena de pelo ondulado, brillante como sus ojos claros en perfecta combinación con el vestido de aquella noche que jugaba una y otra vez con sus caderas moviéndose de un lado a otro.
Mientras, yo seguia atrapada en los brazos de aquel chico del que no recordaba siquiera el nombre, despistada por el embrujo de mi amiga me separé de él y me acerqué a ella. En ese momento me dí cuenta de que la deseaba. Bailamos una junto a la otra hasta que aquel chico sintió que aquella noche podríamos ser tres y se acercó a nosotras. Mi amiga le apartó con la mano -"
Lárgate capullo"- Las dos nos acercamos cada vez más. Metí mis dedos entre sus rizos y los apreté con fuerza mientras nuestros pechos chocaban en aquel baile. Sabíamos que éramos el blanco de aquellas de miradas lascivas asi que en busca de algo mas de intimidad decidimos marcharnos a casa.
Quizás fué el alcohol o el puro vicio, pero nunca me sentí más segura de lo que hacía, conocía perfectamente aquel cuerpo, lo había visto miles de veces: en las duchas del gimnasio, en el cuarto de baño, frente a mi armario revolviendo mi ropa y ahora la tenía sobre mi cama otra vez desnuda pero ahora más que nunca.
Ya conocía sus besos tras miles de juegos de infancia aunque su lengua aquella noche me había vuelto loca y había jugado con la mía como nunca. Empezó por humedecer mi boca llenándola de saliva, fueron besos obscenos y resbaladizos, nos mordimos los labios con fuerza hasta dolernos pero aquello sólo no nos llegaba y nuestras manos se abalanzaron sobre nuestras tetas ya que las dos sabíamos lo que hacía falta. Eramos dos mujeres que conocen su cuerpo y nos dedicamos a darnos lo que nos gustaba.
Sobre mi cama, sobre aquel edredón resbaladizo nos quitamos la ropa impacientes, nada de juegos, fuimos al grano. En segundos sus labios se encontraban lejos de mi boca, se olvidaron de mis pezones y fueron directos a mi pubis con unos delicados besos sobre la fina linea de bello, un par de mordiscos, otros tantos lametones por toda la piel, su lengua puntiaguda perfilando mis ingles, bordeando el contorno de mis piernas totalmente abiertas, tenía la piel de gallina.
Las dos estábamos nerviosas, impacientes y cuando no pude más cogí con fuerza un mechón de su cabello y la guíe hasta mi clítoris, para que lo saboreara con aquella lengua juguetona.
Tenía la lengua caliente, noté su calor y su humedad posada sobre mi, me sentí cual helado derritiéndose en el verano, lamida por una mujer golosa. Más que golosa, viciosa.
Su lengua pegada a mi clítoris, blanda, notando como se asomaba, sin moverse, con la boca abierta, note el calor de su aliento y como su saliva resbalaba hasta llegar a mí empapándome y mezclándose conmigo. De repente se separó de mí y se volvió dura para jugar con mis labios, subía y bajaba mientras yo me agarraba con fuerza al colchón. Alzé la vista y pude ver como ella se tocaba a la vez que me chupaba. Metió la mano entre sus piernas y se puso a juguetear un rato sin dejarme de lado, metió sus dedos dentro y gimió con fuerza con mi coño pegado a su boca, me empapó de saliva, me estaba volviendo loca y no podía dejar de observarla, ver como el movimiento de su mano hacía temblar todo su cuerpo, sus pechos chocando entre sí.
Quise acercarme para tocarla pero se negó, sacó sus dedos y se acercó a mi. Su pelo largo rozaba mi cara, estaba muy cerca y me besó con fuerza, metió hasta el fondo la lengua que había jugado conmigo y pude notar mi propio sabor. Después rozó mis labios con los dedos que le habían dado tanto placer y decidida abrí la boca y los chupé con ganas mientras no apartaba la mirada de ella, se mordía el labio inferior con fuerza y sus ojos no se apartaban de mí. En ese momento dije:
"Déjame a mi". La tumbé sobre la cama y me arrodillé en el suelo, quería probarla, quería saber de que sería capáz, si podría hacer disfrutar a una mujer igual que a un hombre y me acerqué a aquel coño desnudo y brillante sin un solo bello y empapado, besé aquellos labios chupándolos con cuidado, tirándo de ellos cogidos entre mis labios y noté que le temblaban las piernas. Quería más y lo sabía, lo sabía perfectamente. Posé mi lengua sobre el lamiendo de arriba a abajo, lentamente, concentrada en escuchar cada gemido, como tragaba saliva. Humedecí mis dedos en la boca y los acerqué a sus pezones, los agarré jugándo con ellos un buen rato mientras no separaba mi lengua de su clítoris que se asomaba sin miedo. Comenzé a mover la lengua más rápido, de lado a lado, chocando con sus labios, cambiando el ritmo, desesperándola. Se correría cuando yo quisiera.
Acaricié su cintura, su ombligo y noté como se tensaba todo su cuerpo, noté como aguantaba la respiración. No me engañaría, era una mujer al igual que yo, pero de las dos era yo la que mandaba ahora. Paré en seco y suspiró asustada:
"¡No pares!".
Volví de nuevo con mi mano sobre su pubis y mi pulgar acariciándole de lado a lado mientras mi lengua buscaba nuevos rincones. Curiosa decidió adentrarse en su agujero, mi lengua afilada adentrandose en ella, gritó de placer y me agarró la cabeza empujando hacia abajo para que me adentrara mas todavia. Pude escuchar como como se le escapaban una y otra vez:
"Si si si siii..."
Muy bajito casi no la escuchaba enredada entre sus piernas que comenzaban a apretar fuerte mi cabeza. Seguí con mi lengua allí metida moviéndola dentro de ella y mi mano acariciándola hasta que noté que no podía más, se iva a correr y yo cada vez me excitaba más. Seguí moviéndome, llenándome de saliva, apretándo su clítoris con fuerza, escuchando sus agudos gemidos, siguiéndola en los espasmos de sus piernas para no perderla y de repente un grito fuerte, su cuerpo tenso y duro y sus labios latiéndo bajo mi boca una y otra vez, muy rápido y su respiración acelerada, cansada y rendida. Lo había conseguido, le dí el placer que me pedía y lentamente volví a la cama subiendo hacia ella recorriéndo su cuerpo a besos.
Comenzó a lamer mi boca cuando me subí sobre ella, mis manos sobre la cama y las suya agarradas a mi culo, empujándome contra ella. Me apreté fuerte, notando aquella piel suave sin rastro de pelo y resbalando contra ella me balanceé con ganas, no podía más, necesitaba un orgasmo. Agarró mis tetas y cerré los ojos, levanté la cabeza. Sabía que ella me miraba, quería que me corriera sobre ella y cunplí su deseo. Apoyé mis manos en su vientre y seguí moviéndome cada vez más rápido arrastrando mis coño sobre su pubis y no lo retardé más, me corrí con ganas, mordí mis labios tan fuerte que abrí una herida sin darme cuenta. Agotada me acerqué a ella que lamió mis labios suavemente curando mi herida. Me acarició con ternura, nos reímos con complicidad y nos dormimos esperando un sueño que jamás superaría la realidad de aquella noche.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se porque... pero este me encanta, jajaj
escribes genial, sigue así!!!

23 de abril de 2010, 7:23
a millas de la nebulosa dijo...

esta de pta madre...me encanto tu historia!
bn blog :)

14 de julio de 2010, 0:28

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